Futuro de la Iglesia
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     Alude la expresión a lo que va a acontecer en la comuni­dad de los seguidores de Jesús a lo largo de los tiempos venideros. Los cristianos deben trabajar con amor y con ilusión para que la Iglesia cumpla con sus deberes. Pero en ellos no debe haber lugar para el pesimismo ni el derrotismo, pues la Iglesia no es una simple sociedad humana sometida a las leyes de la Historia. Todo ello es fruto del sentido del Evangelio y de la certeza de que Cristo está en ella y con ella.
   El futuro de la Iglesia, pase lo que pase, es tranquilizador porque el mismo Jesús está en ella y con ella. Y ha prometido que "las puertas o el poder del infierno nunca podrán con ella" (Mt. 16.19) Si es así, y lo es con absoluta certeza, por violentas que sean las persecuciones y las olas del mundo, siempre deben resonar en los oídos de los creyentes la voz de Jesús pronunciada desde la barca de Pedro y en medio de la tormenta: ¿Por qué teméis, hombres de poca fe? (Mt. 8. 26)